En los últimos años hemos vivido la eclosión, la madurez y la consolidación de la denominada web social: una nueva forma de entender la web, más dinámica, más participativa, más democrática, más abierta y mejor… más humana y más cercana… Una nueva web que, a pesar de algunas críticas, ha llegado para quedarse, un nueva construcción y un nuevo edificio de lo que queremos que sea Internet. Así podríamos, creo, establecer algunas similitudes con los edificios de las bibliotecas, con su arquitectura. Las construcciones bibliotecarias viven un momento de cambio, un tiempo de transición, hacia una arquitectura más social y más participativa… quizás similar a la arquitectura de la web 2.0. Tenemos una sensación, o una certeza, de que las construcciones que hemos venido haciendo hasta ahora ya no sirven, o que al menos, hay que modificarlas, cambiarlas, readaptarlas… transformarlas en algo nuevo y diferente. Todo es posible … y todo está aún por hacer.
Hemos, pues, de ser capaces de construir los nuevos edificios sociales del siglo XXI; edificios físicos, palpables, reales, vivos y humanos; ciudadanos, participativos y democráticos. Las bibliotecas parten con ventaja para convertirse en el referente social de sus ciudades, y hay que aprovecharlo y posicionarse. Estas serán, y ya son, el referente urbano de sus ciudades o barrios. Y es una realidad innegable, pero que hay que superar y mejorar. Porque… ¿cómo se diseñan los edificios sociales? ¿Cómo se traslada al mundo analógico la filosofía y la forma de pensar, de actuar, de relacionarse y de comprender el mundo que hay detrás de los blogs? ¿Cómo se representa en un edificio el dinamismo y la ubicuidad de los twitts de Twitter? ¿O cómo hacemos visible una nueva biblioteca-edificio que sea capaz de poner en línea vídeos y fotografías, para después compartirlas? ¿Cómo se materializa todo el comportamiento y la actitud de la web 2.0 en un edificio?
Es este nuestro siguiente reto. En la web ya ha tenido lugar hace tiempo un cambio de usos y costumbres, un cambio social y cultural… Y en los edificios de las bibliotecas… ¿ya ha habido este cambio?