El éxito empresarial depende, sin duda, de muchos y variados factores. Pero hay algo que resulta totalmente crítico y decisivo en el éxito en los negocios, y así poder multiplicar nuestras ventas. Y es que debemos estar plenamente seguros de que nuestros productos o servicios son capaces de dar una excelente respuesta a las necesidades y deseos de todos nuestros clientes. El cliente, tus usuarios, tienen que estar en el centro de toda tu acción empresarial. Sin esta premisa, nada funcionará.
Pero, ¿qué problema hay?
Pues sencillamente, pero no por eso menos preocupante, que la inmensa mayoría de los empresarios y de los emprendedores (e incluso los responsables de las Pymes y las pequeñas empresas) se centran en ellos mismos, tienen como objetivo principal el desarrollo, la consolidación y la expansión de sus propias ideas… que casi siempre dejan de un lado saber qué quieren exactamente sus clientes potenciales. Se centran en sus propias necesidades, en sus propios deseos, que dejan en segundo plano los de sus futuros clientes, y por tanto, con consiguen llegar a ellos.
Este error tan común y generalizado en la focalización de sus negocios, lleva a los empresarios a no saber, a no poder contestar la pregunta clave en todo este asunto, y que se hace constantemente todo cliente potencial de cualquier empresa: ¿Quién me puede dar lo mejor para poder llevar el control y mejorar en mi negocio y en mi vida? Al final, lo que busca todo el mundo es mejorar, es crecer; y se llevará el gato al agua la empresa que consiga esto. Nada más, ni nada menos. Tus clientes siempre buscarán soluciones a su vida diaria, tanto en el plano profesional como en el personal: ¿cómo consigo ser más productivo? ¿cómo consigo gastar menos luz en mi casa? ¿cómo me puedo sentir mejor físicamente y conseguir perder esos kilos de más?… Son sólo algunos ejemplos. Seguro que te vienen a la mente muchos más.
Todo esto nos lleva a punto decisivo, y que muchas veces se pasa por alto, o no se cuida con la suficiente delicadeza y el cariño apropiado: el lenguaje. Y es que posicionar nuestros servicios o productos de una forma clara y que se entienda fácilmente, y que se ajusten al lenguaje y a la forma de hablar que usa el mercado, nos hará multiplicar nuestras ventas. ¿Qué quieren ver solucionado tus clientes potenciales? Este debe ser tu objetivo, y si consigues responder a ello con el mismo lenguaje que usan estos clientes, tendrás el éxito garantizado.
Por otro lado, considero que toda empresa se debe poder contestar a si misma al menos tres preguntas:
- ¿Qué posición ocupo en mi nicho de mercado, y qué me diferencia del resto de mis competidores?
- ¿Cómo consigo captar la atención del mercado, y desarrollar así productos y servicios que llamen y que sean atractivos y útiles?
- ¿Cómo puedo ser capaz de centrar y enfocar mi acción empresarial hacia aquello que es realmente imprescindible?
El éxito llega cuando se consigue adaptar estas tres preguntas a lo que necesitan, quieren y esperan tus potenciales clientes de ti.
Y bien, ¿qué pregunta contestas tú con tu producto o servicio? ¿Centras tu acción empresarial en satisfacer las necesidades y los deseos de tus clientes, por encima de las propias de tu empresa? Estaré encantado que compartas con nosotros tus experiencias y tus opiniones acerca de la satisfacción de clientes.
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