Leo en uno de los ebooks de ArchBIB, la nueva iniciativa digital de la gente siempre inquieta de Scalae, una frase que me ha hecho pensar mucho los últimos dos días. La encontramos en el libro sobre el estudio Arquitecturia, de Josep Camps y Olga Felip… Dice así:
Repetirse acríticamente también puede llevar a estancarse
Me ha llevado inmediatamente a pensar en el momento actual de la arquitectura bibliotecaria. Sé que detrás de cada proyecto nuevo hay un gran equipo multidisciplinar que trabaja intensamente para que el resultado final sea un éxito total, y adaptado a las necesidades concretas de cada lugar. En los últimos años se ha llegado incluso a la excelencia en las construcciones bibliotecarias… Pero no me abandona una cierta sensación de déjà vú cuando he visto unas cuantas bibliotecas. Todas se parecen, todas adoptan las mismas soluciones (con variantes, es cierto, pero todas llevan a lo mismo), todas tienen el mismo aspecto visual… ¿La pedagogía que ha comportado el boom bibliotecario de los últimos años, ha comportado una pérdido del elemento crítico, como mínimo en los edificios? ¿Hemos producido edificios en serie? Esta repetición en el fondo, precisamente ha traído crítica, democracia y juicio al gran público hacia los equipamientos bibliotecarios… pero desde el otro lado del mostrador, quizás las cosas se deberían enfocar de otra manera.
¿Hay un cierto estancamiento en la arquitectura bibliotecaria, fruto de años de hacer las cosas de una manera más o menos similar, porqué sencillamente era lo que funcionaba? Sé que Ignasi, el compañero de blog, tendrá muchas cosas para decir, seguro. Quizás haga falta la aparición de un nuevo proyecto disruptiva, que rompa moldes, ensanche parámetros, y nos saque del estancamiento y de la monotonía.