El Unum bibliotecario, o la fascinación por lo unívoco

Si en el artículo sobre los espacios para la fascinación proponía una nueva aproximación a los espacios bibliotecarios bajo el prisma de la belleza y el pulcrum, con una fuerte incidencia del personalismo, ahora propondré una segunda etapa, un estadio más hacia una más que necesaria trascendencia de los espacios bibliotecarios y de las bibliotecas en general. Una nueva trascendencia que nos haga llegar hacia lo unívoco, entendido como aquello en lo que no cabe ninguna duda, pero también como aquello que surgió primero.

A partir de esta primera recuperación de la fascinación por los espacios de las bibliotecas, se configura como una necesaria e imprescindible segunda etapa llegar hasta la fascinación de la trascendencia que suponen, o deberían suponer en las sociedades contemporáneas, las bibliotecas; trascendencia que se materializa, y cojo palabras de Carles Llinàs i Puente, mediante la “fascinación por el Unum, por lo primero trascendental, en lo cual se reflejan los otros” (Llinàs i Puente, 2004, p. 9).El Unum como espacio primigenio, original y capaz de generar otros espacios similares a imagen y semejanza suyas. Algo así como el inicio de todos los espacios, y que funciona como catalizador de espacios simétricos. El Unum bibliotecario immaterial y absoluto, un concepto de espacio trascendente y materializado en múltiples unums simétricos bibliotecarios bajo una misma filosofía de fascinación y belleza. Un Unum bibliotecario capaz de anclar al hombre en su entorno social, humano y cultural, bajo una lógica basada en una tríada de tres elementos principales: orden, de estructura y de arte. Y me aventuro a proponer también a que el Unum bibliotecario, en tanto que tercer espacio, ha sido capaz y continua siendo capaz de generarunums asimétricos fuera del entorno biblioteca, y que recogen y plasman sus tres principios básicos antes mencionados.

Y es que propongo este camino, esta nueva visión del espacio bibliotecario, para revertir una incipiente (o quizá ya no tan incipiente) secularización de la misión y de la concepción de las bibliotecas. Percibo indicios que apuntan hacia una pérdida de horizontes, de valor y de valores de lo que significamos. En este punto, coincido con la reflexión que apunta el profesor Llinàs: “desde hace ya bastante tiempo, la fórmula “fascinación por lo unívoco” se me aparece como una manera raonablemente adecuada para condensar al menos uno de los hilos principales gracias al cual percibo en todo mi entorno un cierto horizonte y, por tanto, la posibilidad de orientarme”. Y esta búsqueda es una de las luces que nos deben guiar.