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Apuntes sobre la Philips Exeter Academy Library

El año 1966 Louis I. Kahn (1901-1974) recibe el encargo de la construcción para la Exeter Academy (1), un internado para chicos, de la biblioteca (2) y de un comedor adyacente. Con esta biblioteca, Kahn culmina su búsqueda personal para buscar la “forma” (iniciada  de manera radicalmente diferente con la Washington University Library) de las bibliotecas, y lo hace con un comentario:
“Veo la biblioteca como un lugar donde el bibliotecario pueda exhibir los libros, abiertos a propósito en páginas selectas para seducir a los lectores. Tendría que haber un sitio congrandes mesas sobre las que el bibliotecario pueda poner los libros y los lectores puedan coger el libro y llevarlo a la luz”  (3)
Con este fragmento podemos definir ya tres espacios: uno para la exhibición de los libros como objetos; un segundo espacio que sirva de reunión colectiva en el que los usuarios puedan reunirse con los libros; y finalmente, un tercer espacio donde los lectores mantengan una relación “privada” e íntima con los libros y la luz. Encontramos aún un segundo comentario del propio Kahn, en el que clarifica y marca los límites de estos tres espacios:
“Exeter comenzó en la periferia, donde se halla la luz. Yo sentía que la sala de lectura tenía que situarse donde una persona pudiera estar sola cerca de una ventana y que debía ser una especie da gabinete privado, una suerte de lugar descubierto en los pliegues de la construcción. Hice el exterior del edificio como un aro de ladrillo, independiente de los libros. El interior lo hice como un aro de hormigón donde se guardaran los libros, apartados de la luz. El área central es el resultado de esos dos aros continguos; sólo en la entrada son visibles los libros a través de grandes OBERTURAS circulares. Así uno siente que el edificio posee la invitación de los libros “  (4)
Efectivamente, el área central como culminación del resto de espacios. Los espacios, la “forma” de los espacios ya toman forma física, maduran tanto en la mente del arquitecto como en la futura representación material en el edificio de la biblioteca, cohesionada como conjunto único y acabado: la rotundidad de la entrada como escaparate de los libros allí contenidos, invitando a entrar, pero que al mismo tiempo se convierte en un espacio de reunión y de encuentro a la vez que de meditación y reflexión, de pausa. La frialdad efectiva, oscura del interior hecho de hormigón. Y finalmente la claridad, el espacio amable exterior, la calidez del ladrillo. Tres ámbitos (tres formas) bien diferenciados, separados según el uso y la función que tendrán dentro del edificio, y con materiales específicos para cada uno de ellos. El material y la forma se interrelacionan y se fusionan.Uno seguramente no podría existir sin el otro. Para completar los espacios del edificio, encontramos en las esquinas cuatro zonas auxiliares para las comunicaciones verticales, la ventilación, servicios, etc. (5)
Para Kahn, no sólo era importante la “forma” del edificio. También lo era su forma exterior, hasta convertirse ya una temprana invitación del alumnado a entrar a entrar ya disfrutar de él. Por decirlo de alguna manera, su relación de conjunto con su entorno más inmediato . En el proyecto de Exeter, para Kahn este fue un aspecto también a tener presente. Él mismo escribe:
“En Exeter no intenté hacer algo que sobresaliera. Muestre mi respeto a los edificios a mi alrededor escogiendo el ladrillo para entonar con ellos “ (…) “Las bibliotecas de todas las facultades universitarias se sienten a gusto a la entrada de una plazuela en la que tengan acceso todos los estudiantes, como un lugar que les invita permanentemente. Las plazoletas de entrada y los jardines y senderos que las unen forman una arquitectura de conexión ” (6)

Los tres espacios

El espacio central es un pequeño compendio del orden y lógica geométrica, aspectos que Kahn apreciaba especialmente, y que tomó directamente de la arquitectura renacentista en que los edificios eran una representación a pequeña escala de algo divino, armónico y perfecto (7). Esto lo aplicó a las líneas de la Exeter, ya que para Kahn las bibliotecas eran una tipología superior de edificios, una especie de puerta de acceso a un estadio superior gracias a los libros y, en consecuencia, a su lectura. Así, el vestíbulo de acceso y la zona interior, el contenedor de los libros (visibles desde la escala), tenían que representar simbólicamente esta ascensión cultural.
En segundo lugar, el espacio interior, el contenedor de los libros, es quizás el espacio menos tratado y con menos carga simbólica. Seguramente para Kahn representaba sólo una transición momentánea, una zona de paso obligado para obtener los libros y llevarlos a la zona de lectura. El elemento prosaico que significa el hormigón, y su simplicidad, ayudan a esta concepción.
Saliendo de esta transición que representa la zona interior, los usuarios, ya con los libros elegidos, salen a la “luz” que representa la zona exterior de la biblioteca, una zona amable, saturada de iluminación en forma de galerías en doble altura, aprovechando y haciendo suya la piel y los pliegues del edificio. Ambas zonas, la interior y esta de lectura, estaban separadas por uno de los arcos de que hemos hablado más arriba, así como para los estantes con los libros. Estos dos elementos constituyen una barrera natural entre la tranquilidad il’assossegament de la zona exterior, la zona de lectura, y la zona interior, de más bullicio e informal. Además, esta barrera rompe con uno de los preceptos más reclamados desde el mundo de la biblioteconomía: el poder controlar toda la biblioteca desde el punto principal de atención al público.Se dice el panopticisme ya la Exeter no existe; Kahn quiso separarlo: daba mucha importancia a la necesaria tranquilidad del acto de lectura, ya la concentración que requiere, y ninguna mirada ajena o inquisidora se tenía que interponer. Uno de los elementos más importantes de la zona de lectura es lo que Kahn llama los gabinetes, en el que puso especial atención en su concepción. Según sus propias palabras:
“El gabinete es la habitación dentro de la habitación… Hice el gabinete asociado a la luz. Tiene su propia ventanita para que uno pueda regular su intimidad y la cantidad de luz que quiera” (8)

La mayor influencia

Para terminar, quisiera hacer mención de la que, en mi opinión, fue la mayor influencia que tuvo Kahn hora de proyectar la Exeter Library. Una influencia llena de sencillez y simplicidad, universal y eterna, sin artificios. Se trata de Etienne-Louis Boullée y su biblioteca. En 1968 Kahn escribió (9):
“Hay una ilustración de la biblioteca en la que no figuran mesas. Es una gran habitación imperialista y se ve a personas alcanzando libros desde arriba a personas que están más abajo. No hay mesas para leer, simplemente la sensación de lo que debería ser una biblioteca: uno entra en la sala y allí están todos los libros.” (10)
Pienso que estas líneas finales reflejan una idea trascendental: la del acceso. La sencillez que se rezuma es grande. Kahn, y Boullée ya en el siglo XVIII, imaginan (y reclaman) unas bibliotecas más abiertas, más fáciles y con menos artificios. Kahn lo hizo poniendo énfasis en la “invitación” del propio edificio a entrar, en potenciar los usos ya desde el exterior; Boullée pensó una biblioteca limpia, casi minimal, donde se establece una relación directa e intransferible entre los libros y los usuarios. Creo que en buena medida sus sueños se ha cumplido.

NOTAS

  1. http://www.exeter.edu / [Consulta: 15/02/2006]
  2. La página web de la biblioteca es: http://library.exeter.edu/index.html [Consulta: 15/02/2006]
  3. Kohane, Peter. “La búsqueda de la” forma “de Louis I. Kahn: ámbitos públicos y privados en las bibliotecas de la Washington University y la Phillips Exeter Academy “. En: Kahn: libraries = bibliotecas. Barcelona: Colegio de Arquitectos de Catalunya, DL 1989. ISBN 84-600-7266-5, p. 99. Citado originalmente en Lobell. Betwenn silence and light, p. 100
  4. Ibid, p. 99. Originalmente en: “The Mind of Louis I. Kahn “. En: Architectural Form, no. 137 (july-august 1972), p. 77
  5. Ibid, p. 101.
  6. Ibid, p. 103-105. Originalmente en: Louis I. Kahn. “Room, Window and Sun”. En: Canadian Architect, n. 18 (june 1973), p. 53
  7. Ídib, p. 109. En 1956, a raíz de una conversación con Colin Rowe, este envió a Kahn el estudio Architectural principles in the Age of Humanism, de Rudolph Wittkower. Su lectura para Kahn fue decisiva.
  8. Ibid, p. 117. Citado en: Wurman. What will be, p. 179.
  9. Escribe estas líneas como prólogo de una exposición sobre los proyectos de Boullée. Kahn, Louis I. “Twelve lines”. En: Visionary architects: Boullée, Ledoux, Lequeu. Houston: University of St.. Thomas, 1968, p. 5
  10. Ídid, p. 107. Citado en: Wurman. Whay will be, p. 182
FUENTES:
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Bibliotecari-documentalista. Pare de dues xiquetes meravelloses i que m'estimo amb bogeria. Fent feina de bibliotecari a la #BiblioEpiscopal. Vivint entre #Tortosa i #Barcelona. Els trens de la #R16 són el meu tercer espai. Curriculum | Llibres publicats | Tots els noms del tren

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