En este blog llevamos años exponiendo, defendiendo, difundiendo y mejorando todo un argumentario profesional que explica que el futuro de las bibliotecas será un futuro sin libros. Será un cambio disruptivo en la profesión, que romperá una imagen muy asentada, hasta incluso muy mitificada, sobre qué es y cómo es una biblioteca. Poco a poco, pero sin pausa, los espacios de las bibliotecas se van vacíando de libros y estanterías, y se nos plantea el reto de llenar todo un vacío con nuevas sensaciones, olores, colores, texturas y vivencias.
Hay una cierta tendencia a llenar estos vacíos con ordenadores, y convertir las bibliotecas en grandes salas llenas de ordenadores, como si fueran auténticos laboratorios informáticos. Personalmente, creo que no es la mejor opción, ni tampoco el camino más inteligente. Las bibliotecas tienen que continuar manteniendo un importantísimo componente social, que es el elemento nuclear y crítico que les da sentido. Pero apuesto por algo con más sentido, con más responsabilidad, y es que pienso que las bibliotecas tienen ante si una nueva oportunidad: convertirse en espacios de co-working. El concepto del trabajo se ha transformado radicalmente, y cada vez más está tomando más fuerza compartir espacios propios, mancomunar y centralizar servicios similares, etc. Ejemplos de éxito como el Centro de Soporte Profesional de la Ciudad de la Justícia de l’Hospitalet de Llobregat, en el ámbito jurídico, nos marcan claramente un camino muy enriquecedor. Las bibliotecas y los bibliotecarios tienen posibilidades inmensas, y pueden poner un valor añadido muy interesante: disponen de espacios que ya estan bien equipados tecnológicamente, son cómodos, están bien ubicados en sus respectivas ciudades, tienen buen mobiliario… pero sobretodo disponen de una herramienta indispensable: disponen de un acceso privilegiado a una gran cantidad de fuentes de información, y que estan gestionadas por grandes profesionales. Una información y unos profesionales que se tendrían que poner, sin duda, al servicio de las personas y empresas que usaran el co-working en las bibliotecas.
Bibliotecas para trabajar, para trabajar cooperativamente, en red, generando transferencias entre todos los actores. Bibliotecas y bibliotecarios que cohesionen y refuercen unos elementos indispensables en el trabajo y en las empresas del sigle XXI: la información y el conocimiento. Creo que tenemos mucho potencial, y podemos llenar la desolación de la mejor manera: con trabajo.