El pasado mes de abril leíamos en El Pais que, un año más, no se destinará ni un euro para el proyecto de la nueva Biblioteca Pública del Estado en Barcelona. Y ya van… ¿qué? ¿20, 30, 40 años de retraso? Más allá de disputas políticas eternas que el final lo acaban condicionando todo, lo que parece claro es que la cultura y la biblioteca central de una ciudad de 1,5 millones y de una área metropolitana de 3 millones, importan más bien poco, aunque lo marque la ley. Sea cual sea el color que gobierne; gobierne dónde gobierne. Todos los estamentos, políticos y profesionales, han sufrido una grave dejadez, una dolorosa parálisis que ha terminado enquistada y afectando a la de siempre, a la ciudadanía en general. Quién tenía que decidir, no lo ha hecho, y la no acción también es negligencia.
Ahora bien, aún el párrafo anterior, personalmente yo ya no quiero, la futura biblioteca. Lluis Anglada en su blog expone sus opiniones al respeto… yo lo hago aquí. El mundo de hace 40 años no es el mismo que el de ahora; y el mundo bibliotecario, seguro que tampoco. Yo no estava, pero sé que ha cambiado radicalmente. Una biblioteca de estas magnitudes, sin ser nacional y con unas funciones poco claras y que ya ejercen otros centros… es poco más que innecesaria. Durante estos años, el sistema bibliotecario barcelonés, en todos sus niveles, ha funcionado de forma maravillosa; y Barcelona no disponía de biblioteca central. ¿Hace falta, ahora? Probablemente no. Y no haría falta que ni tan siquiera se ubicada en la Biblioteca de Cataluña, tal i como propone Anglada en su artículo.
Ni en la Biblioteca de Cataluña, si en ningún sitio. Simplemente, que se ubique en red. La BPE de Barcelona tendría que ser el nodo central de una red de bibliotecas, el nodo jerárquico y debajo del cual colgaran las otras bibliotecas, ¿es así? ¿De verdad que aún creemos que una red jerárquica, o en estrella con un punto central, es la mejor forma de funcionar? Son redes quizás más seguras, pero seguro que no son ni más eficientes ni más eficaces. Creo que la organización actual social, ciudadana, cultural, económica, etc… es en red, si, pero en red con forma de malla, con todos sus puntos interconectados entre sí de manera asimétrica. Todos con todos… ¿Para qué queremos mantener una estructura jerárquica en el ámbito de las bibliotecas, cuando ya nada es así?Propongo expandir las funciones, el fondo, los usos, las instalaciones, etc., de la BPE inexistente de Barcelona por todas las demás bibliotecas públicas de la ciudad, de forma que toda la red asuma este rol. La actual red de bibliotecas barcelonesas ya funciona. Mejorémoslo de una forma inovadora, mirando hacia el futuro, y no hacia unos oscuros 40 años atrás.