La recogida sistemática de estadísticas e indicadores sobre diferentes aspectos del trabajo en las bibliotecas creo que es algo indispensable, algo que hay que hacer de forma absolutamente prioritaria. La inmensa mayoría de nosotros ya lo hacemos, creemos en ello, y lo hemos incorporado en nuestra práctica profesional de una manera totalmente natural. Sin embargo, creo que vale la pena recordar la importancia capital de esta práctica. Así, en este pequeño artículo apuntaré tres objetivos de la recogida de estadísticas en las bibliotecas. No profundizaré demasiado en cada uno de los aspectos, ya que no es esa la finalidad del artículo.
- Tener una fotografía precisa del estado del servicio en cada momento. Si queremos saber en qué situación se encuentra nuestro servicio, las estadísticas son la mejor manera de saberlo. Las estadísticas y los indicadores nos permite obtener una imagen de cómo estamos, qué se ha logrado… y también, claro, de todo aquello en lo que aun vamos mal. Y hay que tener siempre claro que habrá cifras que no nos gustarán; la realidad es tozuda. Pero hay que aceptar siempre las carencias de nuestro servicio.
- Poner en valor nuestro trabajo. Si no sabemos las cifras de lo que hemos logrado, nunca podremos dar valor a todo nuestro trabajo. Primero, para nosotros; y después de cara a nuestros jefes y superiores. Las estadísticas nos permiten justificar nuestro trabajo, nuestro sueldo y la inversión que se está haciendo en nuestro servicio. Y siempre, gracias a las estadísticas y los indicadores, podremos justificar la necesidad de más recursos. Sin estos datos, quedamos indefensos. Siempre existe la posibilidad de que nuestros jefes ignoren estas necesidades, pero nosotros siempre habremos hecho el trabajo.
- Planificar y marcarnos objetivos. Finalmente, creo que las estadísticas y los indicadores tienen también una clara vocación de futuro, ya que nos permiten una mejor planificación a futuro del servicio de biblioteca. Con estadísticas e indicadores precisos y constantes, podemos ajustar mucho mejor hacia dónde queremos ir, modular mejor los recursos necesarios y adaptar mejor en cada momento la biblioteca a las necesidades y requerimientos de los usuarios y de la institución que nos acoge.
Todo ello, pienso, nos genera además una sensación de seguridad, de que estamos haciendo bien las cosas y que vamos por el buen camino; y también, y hay que decirlo, de tener claro todo lo que no estamos haciendo bien, e intentar corregirlo. Las estadísticas nos ayudan a no perdernos y focalizar. ¿Quieres que hablemos más sobre este tema? Estaré encantado de que aportes tus comentarios y enriquecer el debate. También, si quieres, puedes contactar por las redes sociales. ¿Hablamos?
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